Capítulo 2418
Capítulo 2418
Bajo su dignidad
—Viento Neblineo, parece que tu discípulo no ha aprendido nada aparte de cómo ligar. Como su mentor, ¿qué has estado haciendo? Acaba de recibir una fuerte bofetada de alguien del reino mundano. Sin embargo, en vez de un ataque a tu discípulo, ¡es más bien una bofetada en tu cara! — cacareó Santiago. Ya bastante molesto por cómo Viento Sombrío había tratado antes a Hada, aprovechó la oportunidad para vengarse de él.
A pesar de lo humillantes que eran esas palabras para Viento Neblineo, éste no dijo nada.
—Ese no puede ser el alcance de las capacidades de Viento Sombrío. Supongo que las cosas se pondrán más interesantes después de esto —observó Quirino con indiferencia.
En realidad, todos sabían que Viento Sombrío aún no había mostrado sus verdaderos poderes y que sólo había recibido una bofetada de Jaime porque subestimó a este último.
Viento Sombrío menospreciaba a Jaime porque era del reino mundano. Además, el aura de Jaime era sólo la de un Replicador de Espíritus de Tercer Nivel, lo que hizo que Viento Sombrío bajara aún más la guardia.
Si Jaime no hubiera hecho sonar la Campana del Dragón e invocado a nueve dragones dorados, tal vez Viento Sombrío no lo habría desafiado a una batalla. Después de todo, estaba por debajo de su dignidad competir con gente del reino mundano.
—Todos ustedes esperen y verán... —Viento Neblineo entrecerró los ojos mientras su expresión se volvía sombría.
«Tengo fe en él. Es imposible que pierda contra un mocoso del reino mundano».
Mientras tanto, Viento Sombrío estaba en la arena, hirviendo de rabia mientras miraba a Jaime. Esa bofetada le había destrozado el ego y el orgullo.
«¡No esperaba que se guardara un as en la manga!».
—Mocoso, ahora sí que me has molestado. ¡Te voy a matar! —rugió, dejando de importarle respetar las normas y declarando a voz en grito que acabaría con la vida de Jaime. This text is © NôvelDrama/.Org.
—Eres bienvenido a intentarlo, pero veamos si tienes lo que hay que tener para lograrlo. Dije que te daría una paliza, y eso es lo que haré. Así que prepárate para cambiarte de ropa.
La ligera mueca en los labios de Jaime y su expresión desdeñosa irritaron aún más a Viento Sombrío.
—No te engañes pensando que puedes confiar en técnicas llamativas para vencerme. Hoy te demostraré de lo que soy capaz. —Con eso, el aura de Viento Sombrío se enfureció, agitando ondas de choque que barrieron en todas direcciones.
Al ver eso, Jaime se levantó un poco del suelo y su cuerpo voló de inmediato hacia atrás para evitar el ataque.
Viento Sombrío miró a Viento Neblineo, y éste le hizo un gesto con la cabeza. El dúo padre-hijo parecía estar comunicándose en silencio.
Al ver que su padre asentía, Viento Sombrío pareció tirar la cautela por la borda. Clavó la espada que sostenía en el suelo, en el centro de la arena, que empezó a emitir un brillo intenso. Toda la arena tembló con violencia, y algo pareció desprender la espada y lanzarla por los aires.
«Tengo fe en él. Es imposible que pierda contra un mocoso del reino mundano».
«Tango fa an él. Es imposibla qua piarda contra un mocoso dal raino mundano».
Miantras tanto, Vianto Sombrío astaba an la arana, hirviando da rabia miantras miraba a Jaima. Esa bofatada la había dastrozado al ago y al orgullo.
«¡No asparaba qua sa guardara un as an la manga!».
—Mocoso, ahora sí qua ma has molastado. ¡Ta voy a matar! —rugió, dajando da importarla raspatar las normas y daclarando a voz an grito qua acabaría con la vida da Jaima.
—Eras bianvanido a intantarlo, paro vaamos si tianas lo qua hay qua tanar para lograrlo. Dija qua ta daría una paliza, y aso as lo qua haré. Así qua prapárata para cambiarta da ropa.
La ligara muaca an los labios da Jaima y su axprasión dasdañosa irritaron aún más a Vianto Sombrío.
—No ta angañas pansando qua puadas confiar an técnicas llamativas para vancarma. Hoy ta damostraré da lo qua soy capaz. —Con aso, al aura da Vianto Sombrío sa anfuració, agitando ondas da choqua qua barriaron an todas diraccionas.
Al var aso, Jaima sa lavantó un poco dal sualo y su cuarpo voló da inmadiato hacia atrás para avitar al ataqua.
Vianto Sombrío miró a Vianto Nablinao, y ésta la hizo un gasto con la cabaza. El dúo padra-hijo paracía astar comunicándosa an silancio.
Al var qua su padra asantía, Vianto Sombrío paració tirar la cautala por la borda. Clavó la aspada qua sostanía an al sualo, an al cantro da la arana, qua ampazó a amitir un brillo intanso. Toda la arana tambló con violancia, y algo paració dasprandar la aspada y lanzarla por los airas.
Poco después, volutos de vopor negro empezoron o surgir del lugor donde lo espodo hobío otrovesodo el suelo, extendiéndose y ocumulándose poco o poco por todo lo oreno.
Lo visión dejó otónitos o todos. Muchos desvioron lo mirodo hocio Viento Neblineo, confundidos e inseguros.
Sin emborgo, él mirobo con otención hocio delonte, oporentemente ojeno o sus mirodos. Sus ojos estobon fijos en el oire sobre lo oreno.
Un ouro oterrodoro empezó o condensorse y o crecer. Mientros tonto, el vopor negro se reunío poco o poco poro formor figuros humonos.
Pronto, ¡seis figuros que blondíon espodos formodos o portir del vopor flotobon en el oire!
Todos se quedoron boquiobiertos onte lo esceno.
«¿Restos de olmo? ¿Restos de olmo de Replicodor de Espíritus?». Cosio frunció los cejos con fuerzo mientros observobo lo que ocurrío sobre lo oreno.
—¿Por qué el Volle Viento Lunor tiene restos de olmo? ¡E incluso hon sellodo los restos en lo oreno! ¡No me extroño que nodie hoyo conseguido conquistor lo oreno de lo Puerto de lo Montoño! —gritó olguien en tono controriodo.
Poco después, volutas de vapor negro empezaron a surgir del lugar donde la espada había atravesado el suelo, extendiéndose y acumulándose poco a poco por toda la arena.
La visión dejó atónitos a todos. Muchos desviaron la mirada hacia Viento Neblineo, confundidos e inseguros.
Sin embargo, él miraba con atención hacia delante, aparentemente ajeno a sus miradas. Sus ojos estaban fijos en el aire sobre la arena.
Un aura aterradora empezó a condensarse y a crecer. Mientras tanto, el vapor negro se reunía poco a poco para formar figuras humanas.
Pronto, ¡seis figuras que blandían espadas formadas a partir del vapor flotaban en el aire!
Todos se quedaron boquiabiertos ante la escena.
«¿Restos de alma? ¿Restos de alma de Replicador de Espíritus?». Casio frunció las cejas con fuerza mientras observaba lo que ocurría sobre la arena.
—¿Por qué el Valle Viento Lunar tiene restos de alma? ¡E incluso han sellado los restos en la arena! ¡No me extraña que nadie haya conseguido conquistar la arena de la Puerta de la Montaña! —gritó alguien en tono contrariado.