¿Tuvimos un hijo

Capítulo 78



Capítulo 78

Capítulo 78

– Genial! –Asintió Alejandro, contento.

-Alejandro, tal vez deberíamos invitar al señor Miguel. ¿Qué te parece? —Anastasia opinaba que Miguel sería una mejor opción en este caso.

– Miguel acaba de asumir la presidencia de su compañía, así que no tendrá tiempo de atender al evento.

-Déjeme preguntarle y ver cuáles son sus planes —comentó, indicando que para ella era necesario una alternativa.

-iNo, mami! Fer acaba de escuchar que el señor Palomares es mi papá, por lo que, si el señor Miguel viene conmigo, sabrán que no es verdad.

«¿Por qué tenía que mentir y decir que es el padre de mi hijo? » pensó Anastasia después de escuchar la explicación. Maldijo a Elías por lo que hizo mientras no podía hacer otra cosa más que sentirse acorralada. Content held by NôvelDrama.Org.

-Seré un buen padre, ya lo verás comentó Elías con una sonrisa a Alejandro

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Una S

-Estoy ansioso por verlo —respondió el pequeño mientras aplaudia.

-Vamos, los invito a comer. -Elías abrió la puerta de su carro y estuvo a punto de dejar al niño adentro.

– No se preocupe, presidente Palomares. Ya tengo planeada la cena de hoy –comentó Anastasia mientras se apuraba a recoger a su hijo.

-Señor Palomares, le gustaría venir a mi casa a probar la comida de mi mami? Cocina muy rico… — comentó Alejandro.

Miró hacia Elías y comenzó a levantar sus pulgares, pero su mamá pronto lo bloqueo. Ella cubrió su boca con su mano y, girándose hacia el hombre, replicó:

-Mi cocina apesta, así que no creo que debería probarla.

-No hay problema con eso — dijo Elias mientras les sonreía. Miró al pequeño de forma simpática, puesto que aún tenia la mano de su mamá sobre su boca-. Deberías dejar de hacerle eso al niño.

Fue entonces que Anastasia reaccionó y retiró su mano de Alejandro. Su hijo tomó una bocana de aire para después mirar hacia su madre.

-Mami, spor qué mientes sobre tu comida? Sabes cocinar muy bien.

wiCielos! Supongo que no puedo culpar a mi hijo por decir la verdad. Después de todo, le enseñé a nunca mentir, aparte de que nunca he dudado de mi comida» pensó Anastasia mientras veia resignada a Alejandro. A pesar de todo, se sentia frustrada de que la hubiese expuesto frente a Elías debido a su naturaleza inocente,

-Senor Palomares, mami comprará lo que hace falta para la cena de hoy. Acompáñenos.

El niño miró a ambos para después entrar al carro sin darle ninguna oportunidad a Anastasia para negarse. De cualquier forma, ella pronto concluyó que debería invitar a Elías a comer para pagarle por toda la ayuda que le ha dado, además de su disposición para ayudar a Alejandro con su programa de

padres e hijos. Terminó por seguir a Alejandro y se subió al carro. Elías los llevó después a un centro comercial.

Al llegar, le pidió a su hijo que esperase en el carro con él, mientras ella compraba. Regresó con una bolsa llena de ingredientes y condimentos que serían suficiente para esa noche. Luego, se dirigieron a su departamento. Una vez ahí, Anastasia sintió que su casa era mucho más chica cuando Elías estaba dentro de esta. Después de todo, su departamento solo tenía dos cuartos, además de una sala, la cual apenas era lo suficiente grande para ella y su hijo.

| Casa e

-Puede acompañar a Alejandro mientras preparo la cocina.

En el fondo, Anastasia quería terminar de cocinar para que Elías se retirase tan rápido como fuese posible. Por su parte, Alejandro opinó que ya era lo suficiente grande e independiente como para quedarse solo por un rato.

-Señor Palomares, ¿por qué no ayuda a mi mamá en la cocina? Yo estaré haciendo mi tarea.

-Muy bien, ve! -confirmó Elías mientras miraba hacia la figura delgada en la cocina.

Elías se encaminó a la cocina en cuanto Alejandro se puso a trabajar en su tarea. Tenía la intención de ofrecer ayuda a Anastasia, pero no se esperaba que ella se estuviese acercando al refrigerador para agarrar algo, por lo que ambos terminaron cara a cara, casi estrellándose, en la entrada de la cocina. Por fortuna, Elías reaccionó con rapidez y la tomó por la cintura.

Anastasia quedó sorprendida por lo que sucedió y, en su afán por querer alejarse de él, terminó tropezándose por accidente, Reaccionó tomando la mano del hombre, mientras que el afianzaba su agarre sobre su cintura. Ella quedó con sus brazos rodeando la muscular cintura del hombre y sujetándolo con fuerza, Se liberó un segundo después y se alejó como pudo. Luego comenzó a reganar

a Elias, muy molesta. Al ver que le reprochaban, Elias se sintió mal por sí mismo, puesto que su inocente gesto terminó siendo agradecido de esa forma.

– No se puede quedar tranquilo en el sillón? Hará todo un desastre aqui.

«Vine a ver si necesitaba ayuda y la salvé dos veces de terminar en el piso, pero todo lo que obtuve fue un regano injusto»,

-Entonces, ¿no necesitas ayuda?

preguntó con los ojos entrecerrados.


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