Capítulo 76
Capítulo 76
Capítulo 76
Helen se forzó a derramar algunas lágrimas para pretender durante el trayecto. De vez en cuando se las secaba camino a la mansión. Una vez llegaron, se giró hacia el hombre y, emocionada, le preguntó:
– Elías, ¿por qué no pasas y tomas una tacita de té conmigo? Además, casi siempre me siento sola al estar aquí por mi cuenta.
-Como ya te dije antes, puedes invitar a tu familia para que se muden contigo si te sientes sola – sugirió Elías.
–Ya les he comentado, pero no creen que se puedan adaptar a vivir aquí conmigo.
La primera reacción de Helen fue mentir porque de ninguna manera quería compartir todo lo que tenía con la familia que odiaba. Después de todo, nunca le habían traído otra cosa que no sea dolor y sufrimiento a su vida, por lo que era más que suficiente para ella para justificar el resentimiento que sentía hacia ellos.
-Entonces puedes persuadirlos para que te hagan compañía –comentó Elias. Luego miró hacia su reloj y continuó-: Tengo que irme ya.
A pesar de que sabía que no sería posible convencerlo de quedarse ese día, ella se perdió en su sonrisa encantadora hasta que se armó de valor y se acercó a él para abrazarlo y besarlo. No obstante, Elías estaba un paso adelante de ella y se resistio, interponiendo sus manos entre ellos cuando sintió su aliento a pocos centímetros de distancia. Entonces, con una mirada firme, dijo:
-¡Ya bájate del carro!
Al ver el rechazo frio, Helen no tuvo otra opción que salirse, avergonzada. Observó como Elías se alejaba, aún con el rostro sonrojado, y se preguntó por qué el hombre no sentía ninguna atracción por ella. Helen recordó la marca de labios que tenía en su cuello el otro día. Si esa marca no venía de Anastasia, entonces, en definitiva, estaba viendo a alguien más.
é Tendrá alguna otra mujer?».
Por otro lado, Anastasia se encontraba leyendo mensajes en su celular para pasar el rato en el taxi, pero se sorprendió cuando vio las respuestas de su parte a Miguel, las cuales no recordaba haberlas escrito. Trató de recordar qué ocurrió ese día y se acordó que ella se estaba bañando en ese momento. No pensaba que su hijo le hubiera respondido a Miguel, por lo que Elías era el único que lo pudo hacer, ya que él estaba en su departamento con ellos.
weFue él? Sí, es lo más probable! iRayos! ¿ICómo se atreve a despojarme de mi privacidad y responder a mi nombre!?».
La intuición de Anastasia le indicaba que Elías era quien le había respondido a Miguel sin que ella supiese. El enojo no le duró mucho, ya que después se quedó divertida cuando leyó la confesión de Miguel; después de todo, ya había recibido muchas confesiones similares en el pasado. Era algo usual y sentimental.
Después de eso, Anastasia llegó a la oficina justo a tiempo para atender a una junto dirigida por Fernanda para discutir los preparativos para la exhibición de joyería de la siguiente semana. Si
bien las piezas de Alexis y Anastasia habían sido nominadas para el concurso, Fernanda esperaba
que ambas pudieran ganar para mejorar la reputación de la compania.
La
1. la.
Aunque fueran de la misma empresa, Alexis y Anastasia terminarían siendo contrincantes en la competencia. Alexis parecía confiada durante la junta. A pesar de la mirada provocadora de la mujer, Anastasia permaneció impasible. Estaba determinada a ganar debido al premio lucrativo que estaba en juego.
Si bien el edificio Burgués estaba localizado al este, era eclipsado por otro edificio, el cual no era otro que el Grupo Palomares. De hecho, este se alzaba sobre todo, hasta llegar a las nubes, como un pilar que crecia del suelo al cielo. Debido a su altura, los otros edificios que le rodeaban parecían ser más como seguidores obedientes que se hincaban ante su líder.
En ese momento, Elías se encontraba sentado en la sala de juntas del Grupo Palomares. Lucia como un rey en su trono, aunque casi no había alguna emoción en su rostro atractivo. Se quedaba mirando al vacío, como si estuviese perdido, a pesar de su apariencia intimidante.
-Presidente Palomares… ¿Presidente Palomares? Content rights belong to NôvelDrama.Org.
El jefe del departamento de finanzas le estaba llamando, puesto que necesitaba su aprobación después de haber presentado su propuesta. Elías no tardó en enfocar su vista y giró su atención hacia su subordinado. Con una mirada gelida, le pidió:
– Por favor, repiteme la situación.
El jefe del departamento de finanzas se sorprendió al escuchar eso. Aclaró su garganta con rapidez y repitió su presentación. Por fortuna, en esa ocasión, Elias si estaba poniendo atención. Al finalizar la junta, Elías se paró frente a su ventana para mirar hacia el Burgués, Se sentía perdido debido a lo distraído que estaba, pensando en Anastasia. Poco después, volteó hacia su reloj y regresó a su escritorio para marcar desde su teléfono.
«i Rayos! Esta es la primera vez que estoy así de perdido».
—Preparen todo. Vamos al Burgués —ordenó.
-Entendido, presidente Palomares.
Mientras tanto, Anastasia había acabado sus tareas del día media hora antes de que terminara su turno. Se estaba preparando para irse y recoger a su hijo de la escuela cuando escuchó que su teléfono sonaba.
Hola? -contestó.
-Por favor, ven a mi oficina -dijo Elías con su voz magnética.
-¿Qué sucede, presidente Palomares? –preguntó Anastasia en un tono que implicaba lo reacia que estaba en yer a Elias.