Sr. Ramos, su multimillonaria esposa quiere el divorcio

Capítulo 13



Capítulo 13

Natalie la miró con disgusto y espetó: -Tú no tienes derecho a hacerme esta pregunta.

Tras eso, se dio la vuelta para subir las escaleras cuando la voz enojada de Matilda resonó detrás de ella.

-¡Detente!

Natalie se burló y se volvió para mirarla con ironía. En serio, es la primera vez que veo a alguien que se metió en el matrimonio de otros ser tan arrogante.

Matilda se quedó helada por un momento, luego la fulminó con la mirada y dijo: Leo me quiere a mi. Aunque hiciste trucos para quedarte aquí, él nunca te amará. Si sabes lo conviene, ¡date prisa y divórciate de él!

Mejor aún, jse largaría de aquí y no volvería a aparecer delante de ellos!

que te

Natalie enarcó una ceja y asintió. Claro. Si puedes darme cincuenta millones, me divorciaré de él inmediatamente.

Matilda abrió los ojos de par en par y exclamó incrédula: -¿No es suficiente dinero el que Leo te dio todos estos años? ¡No seas tan codiciosa!

-Fuiste tú quien me instó a divorciarme de él. ¿Cómo esperas que demuestres que de verdad te importa si ni siquiera haces un esfuerzo?

-¡Tú…!

Natalie se rio con sorna. Parece que tu amor por Leonardo no vale mucho. Si no, ¿por qué no estarías dispuesta a darme siquiera cincuenta millones?

Matilda estaba a punto de replicar cuando divisó de reojo la figura que aparecía en las escaleras e inmediatamente fingió ser la víctima.

-No es que no esté dispuesta, pero si te doy este dinero, Leo se enfadará si se entere.

-¿Por qué tendría que enterarse? Si simplemente no lo dices.

Matilda no siguió respondiendo.

En medio del silencio, una voz fría resonó desde la escalera.

-Me preguntaba cómo podrías reunir ese dinero. Resulta que querías que Mati fuera este cargue con la bronca.

Natalie lo miró a los gélidos ojos y respondió con calma: -Pero creo que ella estaría encantada de pagarme, por eso decidi darle una oportunidad.

Capítulo 13

Natalie la miró con disgusto y espetó: -Tú no tienes derecho a hacerme esta pregunta.

Tras eso, se dio la vuelta para subir las escaleras cuando la voz enojada de Matilda resonó detrás de ella.

-¡Detente!

Natalie se burló y se volvió para mirarla con ironía. En serio, es la primera vez que veo a alguien que se metió en el matrimonio de otros ser tan arrogante.

Matilda se quedó helada por un momento, luego la fulminó con la mirada y dijo: -Leo me quiere a mí. Aunque hiciste trucos para quedarte aquí, él nunca te amará. Si sabes lo que te conviene, ¡date prisa y divórciate de él!

Mejor aún, ise largaría de aquí y no volvería a aparecer delante de ellos!

Natalie enarcó una ceja y asintió.–Claro. Si puedes darme cincuenta millones, me divorciaré de él inmediatamente.

Matilda abrió los ojos de par en par y exclamó incrédula: -¿No es suficiente dinero el que te dio todos estos

años? ¡No seas tan codiciosa!

Leo

-Fuiste tú quien me instó a divorciarme de él. ¿Cómo esperas que demuestres que de verdad te importa si ni siquiera haces un esfuerzo?

-¡Tú…!

Natalie se rio con sorna. Parece que tu amor por Leonardo no vale mucho. Si no, ¿por qué no estarías dispuesta a darme siquiera cincuenta millones?

Matilda estaba a punto de replicar cuando divisó de reojo la figura que aparecía en las escaleras. e inmediatamente fingió ser la victima.

-No es que no esté dispuesta, pero si te doy este dinero, Leo se enfadará si se entere.

-¿Por qué tendría que enterarse? Si simplemente no lo dices.

Matilda no siguió respondiendo.

En medio del silencio, una voz fría resonó desde la escalera.

-Me preguntaba cómo podrías reunir ese dinero. Resulta que querías que Mati fuera este cargue con la bronca.

– Natalie lo miró a los gélidos ojos y respondió con calma: -Pero creo que ella estaría encantada

de pagarme, por eso decidí darle una oportunidad.

Viendo cómo ambos la ignoraban por completo, Matilda apretó el dobladillo de su vestido y sus ojos destellaron con furia.

Leo, ¿qué quieren decir con este dinero de cincuenta millones? Si Natalie realmente necesita dinero, puedo prestárselo.

Natalie la ojeó con ojos entrecerrados y estaba a punto de hablar cuando Leonardo se le adelantó: Esto no tiene nada que ver contigo. Si ella vuelve a buscarte por dinero, simplemente rechazala.

Al ver que los cinco millones que tuvo al alcance desaparecieron así como asi, Natalie frunció los labios. No le interesó seguir hablando con los dos, así que subió las escaleras, dispuesta a volver a la cama.

Cuando pasaba junto a Leonardo, él la agarró de la muñeca de repente. This content belongs to Nô/velDra/ma.Org .

Se acercó a su oído y la advirtió en voz baja: -¡Si te vuelvo a ver pedirle dinero a Mati, no me divorciaré de ti aunque consigas esos cincuenta millones!

En cuanto a Matilda, sus ojos se pusieron rojos de ira al verlos actuar con tanta intimidad.

Natalie se zafó de su agarre y retrocedió un paso, respondiendo con frialdad: Entendido. Pero no te acerques tanto para hablar conmigo. No quiero estar cerca de un tonto.

Leonardo entrecerró los ojos y siseó entre dientes apretados: -¡No juegues con el fuego!

Natalie no le hizo caso y se volteó para entrar en su habitación, cerrando la puerta con llave.

Con ojos llenos de furia, Leonardo se quedó mirando la puerta.

-Leo…

La voz de Matilda lo devolvió a la realidad. Se dio la vuelta y bajó rápidamente las escaleras, frunciendo el ceño mientras preguntaba: -¿Qué haces aquí tan temprano?

Al notar que Leonardo estaba un poco disgustado, Matilda se mordió el labio y contestó: Estaba preocupada por ti, así que vine a verte… Pero no pensé que Natalie estaria aquí. Si hubiera sabido que ella se había mudado de vuelta, no habría venido.

Leonardo frunció aún más el ceño. Mati, Natalie es mi mujer.

De inmediato, los ojos de Matilda enrojecieron. ¡Pero nos queremos el uno al otro! Tú no sientes nada por ella, ¿por qué te aferras a un matrimonio sin amor?

Leonardo guardó silencio por un momento, mirándola a los ojos, y finalmente dijo

pausadamente:-Lo que tuvimos está en el pasado. Aunque no me gusta, ella sigue siendo mi mujer, y eso no va a cambiar.

Ante esas palabras, a Matilda se le saltaron las lágrimas mientras sus ojos rebosaban

-Sólo porque ella se casó contigo cuando tuviste ese accidente y te cuidó durante dos años, te enamoraste de ella, ¿es cierto?

-No la quiero, pero tampoco me divorciaré de ella.

-¿Por qué?

-Durante los dos años después del accidente, no podía mantenerme en pie. Fue ella quien había estado a mi lado cuidándome.

Además, el mero pensamiento de divorciarse de Natalie le trajo una indecible irritación al

corazón.

Matilda, con lágrimas cubriéndole toda la cara, gritó en sollozos: -No quieres ser el desagradecido, ¿y yo qué? Me ocultaste sobre tu accidente y cuando me enteré, ya estabas casado con Natalie. ¿Sabes cómo me sentí entonces? Quería volver e interrogarte, pero no lo creí necesario. Si querías agradecerle, podías haberlo hecho de otra manera. ¿Por qué tuviste. que sacrificar toda tu vida?

Leonardo la miró con calma y dijo: -En este asunto, realmente te hice daño, así que

le cuando volviste del extranjero y dijiste que querías vivir en esa villa, lo acepté. Dijiste que querías MY, ahora también estoy impulsando la adquisición. Pero lo único que no puedo corresponderte son mis sentimientos.

Tras eso, no le hizo más caso y se marchó sin mirar atrás.

Matilda fijó los ojos llorosos en su espalda, con el corazón encogido de resignación.

¡Ella no se daría por vencida así como así! ¡Por nada del mundo!

Cuando Natalie volvió a bajar, tanto Leonardo como Matilda se habian ido. Pero no le dio importancia y partió a la empresa.

Nada más llegar a su oficina, llamó a Tina.

-Me voy por unos días a partir de mañana. Tú te encargas de la empresa en mi ausencia. Si surge algo que no sepas cómo manejar, me esperas a que regrese.

De acuerdo. 1

Al notar que Tina no se marchaba, Natalie levantó la mirada hacia ella y le preguntó: -¿Tienes algo más que decir?

Bueno, sospecho que Bruno podría hacerte pasar un mal rato en la reunión más tarde. Oi que tuvo una gran rabieta en su oficina después de que despediste a sus empleados.

Natalie asintió.–Ya veo. Puedes volver a trabajar.

Y así, Tina se fue y Natalie continuó revisando documentos. Quedaba claro que no estaba. preocupada por el asunto.

A las diez de la mañana, la reunión se celebró puntualmente.

Después de destacar el plan de trabajo y las prioridades, Natalie recorrió con la mirada serena al los presentes y dijo: Si no tienen nada más que agregar, eso será todo por hoy.

Justo en ese momento, Bruno tomó la palabra y exclamó: -Señorita López, yo tengo algo que

decir.

Natalie se volvió hacia él y le preguntó: -¿De qué se trata?

Bruno se rio. -Bueno, es que tenemos un trato que ha estado en el aire durante un buen rato. Pero creo que si tomas el timón, seguro que podríamos lograrlo con éxito. Además, llevas trest años fuera de la empresa, y todos estamos ansiosos por ver lo capaz que eres. Después de todo, no podemos darle las riendas de una empresa de tal magnitud a alguien que no tenga lo que se necesita, ¿cierto?

Natalie sonrió ligeramente y asintió. Está bien. Dame el contrato más tarde.

Bruno se quedó aturdido porque no esperaba que ella accediera tan fácilmente, y dijo: – Entendido. Espero que puedas cerrar este trato pronto.

Al terminar la reunión, Tina siguió a Natalie a su oficina.

-Te advertí que tuvieras cuidado con Bruno. ¿Por qué te metiste en su trampa?


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