Chapter 76
Capítulo 76
Ella le estaba diciendo que podía apostar su propia vida, que se hacia responsable de cada palabra que decía.
¿Sería que él la habla malinterpretado?
Pero, ¿cómo explicaria de que lo haya acusado de molestar a una chica?
Aparte de ella. ¿a quién más había molestado?
Aspen pensaba en ello y su rostro se ensombreció. Él no la había molestado, tenía sus razones para retenerla; él siempre había actuado con rectitud.
“¿En qué estás pensando otra vez?” Orion le dio un codazo.
Aspen volvió en si, dio una calada profunda al cigarrillo y no continuó la conversación,
“Orion, ¿dónde se metieron tú y Aspen? Vuelvan rápido, ya todos están aquí, solo faltan ustedes dos.” César llamaba por teléfono.
Orion soltó un ‘ah‘ y dijo. “Ya vamos para allá.”
Después de colgar, le dijo a Aspen.
“Vamos, deja de preocuparte por ahora, el cumpleañero ya está llamando.”
Aspen exhaló un suspiro de alivio, apago el cigarrillo en el cenicero y se dirigió con Orion hacia el salón privado.
Orion agregó.
“Hay algo que quiero decirte de antemano, mi hermana le ha tomado mucho cariño a esa chica, si en el futuro piensas hacerle algo, hazlo con cuidado, porque mi hermana seguro que armará un
escándalo.
Ella no se atreverà a enfrentarte, vendrá a mi, exigiéndome que te ponga en tu lugar y, si eso pasa,
se acabó la amistad entre nosotros.”
Aspen torció la boca, “Eso es todo lo que aspiras.”
“Ja, es fácil hablar sin saber, como no tienes hermana mayor, no entiendes el poder destructor que puede tener.”
Aspen le lanzó una mirada y camino de vuelta al salón privado.
César, radiante de felicidad, dijo,
“Los dos grandes han vuelto, por fin estamos todos. Como el cumpleañero de hoy, primero quiero agradecerles a todos por venir a celebrar conmigo. Vamos, vamos, brindemos primero.”
Todos levantaron sus copas, celebrando el cumpleaños de César.
Aspen, sentado en el lugar de honor, no se levantó; simplemente chocó su vaso con la mesa y lo vació de un trago.
La gente se quedó mirando, sorprendida.
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Capitulo 76
Se suponía que solo habla que dar un sorbo, pero ahora, todos tuvieron que terminar sus tragos.
El ambiente en la mesa era alegre y bullicioso. Alguien quiso brindar con Aspen, pero Orion, sabiendo que él no estaba de ánimo, intervino,
“¿Para qué va a brindar con Aspen? Mejor vayan con César, él es el cumpleañero hoy. Si no lo emborrachan y lo dejan en un nido de mujeres para que pierda su virginidad, entonces no son hombres de verdad.”
Los presentes, que eran astutos, entendieron que Orion estaba cubriendo a Aspen.
Mirando la cara de Aspen en ese momento, todos se dieron cuenta de que no estaba de buen humor y se giraron hacia César.
El grupo comenzó a animarlo, diciendo que hoy tenían que conseguir que perdiera su virginidad a como diera lugar, mientras otros hacían comentarios subidos de tono entre risas.
Aspen no quería aguarles la fiesta, así que se unió a la algarabía un rato antes de quedarse en silencio.
Encendió otro cigarrillo, se recostó en el respaldo de la silla y se puso a fumar, su mirada se posó en Enrique.
Antes de salir, habia visto a Carol hablando con Enrique.
Parecian bastante cercanos, y la forma en que Enrique la miraba era ambigua.
Enrique, al sentirse observado, se apresuró a mirar hacia Aspen, pensando en cómo iniciar una conversación con él. Ahora tenía su oportunidad.
Con prontitud y astucia, Enrique se acercó con su copa en mano y dijo sonriendo,
“Señor Aspen, es la primera vez que nos vemos, brindo por usted. No tiene que beber, yo me lo acabo.”
Enrique se bebio toda la copa de un trago, pero Aspen seguia fumando tranquilamente, sin
moverse.
Alguien del nivel de Enrique aún no era digno de beber con él.