Capítulo 799
Capítulo 799
Capitulo 799
Noa escuchó los pesados pasos acercándose, no se atrevió a mirar hacia atrás, solo abrazó sus delicados hombros, temblando como un conejito asustado.
Era como si fuera un pequeño conejo blanco asustadizo.
Esto solo hacía resaltar la figura alta y poderosa de Rodrigo, como un gran lobo gris que se movía sigilosamente, ocultando fuertes intenciones lascivas.
-Noa–la garganta de Rodrigo rodó con fuerza y pasión, sus ojos enrojecieron.
Él levantó lentamente su mano temblorosa, deseando tocar la suave piel de la joven como la seda. Pero justo en ese momento, Noa habló suave y débilmente: -Me estaba bañand
y quería colocarme loción. Ya me había puesto en todo el cuerpo, solo no podía alcanzar mi espalda. Si no, me hubiera bañado y
esperado que regresaras.
Rodrigo escuchó en total silencio, su rostro ardió de calidez, sus dedos entumecidos y todas sus
percepciones comenzaron a abrirse.
Ha visto a muchas mujeres en su vida. Frente a él, algunas coquetearon, otras se desvistieron completamente. Pero no hay ninguna que haya hecho que su corazón lata con fuerza y lo haya dejado en
total desconcierto.
-¿Puedes ayudarme, Rodrigo? – Noa encogió sus delgados y suaves hombros, temblando mientras
preguntaba suavemente.
–
-Noa, ¿puedo? La respiración de Rodrigo se volvió áspera, lleno de un intenso y abrasador deseo y
con un doble sentido.
Noa mordió sus labios, bajó lentamente sus brazos que la protegian y afirmó con la cabeza.
El corazón de Rodrigo latía con fuerza, sus manos recogieron la loción que estaba a un lado y apretaron la lechosa sustancia en sus palmas húmedas. Luego, con sutil cuidado, cubrió la piel de Noa, que era tan
suave y delicada como la porcelana.
Sus dedos temblaban, luchando contra el deseo hirviente de su cuerpo. Property © NôvelDrama.Org.
Pero, cuando tocó la piel de Noa, toda restricción y autocontrol se desvanecieron por completo. La
Tentación lo inundo y, sin lograr contenerse, mirando los hermosos ojos de fénix, rodeó suavemente a
Noa, apretando su cuerpo muy blanco y tierno.
Rodrigo–susurró Noa, su rostro ruborizado, pareciendo embriagada de amor.
-No me llames por mi nombre–la voz ronca de Rodrigo hacia que su corazón latiera más rápido.
–
-Rodrigo.
-Si sigues llamándome por mi nombre, no podré controlarme, Noa.
-Rodrigo.
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Al instante, Noa sintió que su visión se balanceaba violentamente y su cuerpo quedaba totalmente suspendido en el aire.
Rodrigo sujetó su delgada cintura y la levantó, colocándola en el mostrador de la bañera, que estaba bien iluminado y tenía una toalla. El trasero de la joven aterrizó perfectamente sobre la toalla.
Se miraron con sinceridad, y Noa se sonrojó, al momento sus los labios temblaron, una verdadera atmosfera de tentación pasó por su mente.
La mano áspera, pero fuerte de Rodrigo apretó la suave carne de su cintura, enrojeciéndola, y este rubor se extendió constantemente. Su cuerpo tembloroso casi se tiño de deseo.
Noa, incapaz de mantener el equilibrio, agarró nerviosamente la firme cintura de Rodrigo y rodeó el
cuello del hombre con sus delicados brazos.
La cordura en la mente de Rodrigo se rompió en un instante, quedando en blanco. Se abalanzó Incontrolablemente sobre sus temblorosos labios.
Había estado demasiado tiempo sin esto, y su beso era brusco y cruel, casi como si estuviera mordiendo
y desgarrando una presa.
El cuerpo de Noa se vio envuelto por las ardientes hormonas del hombre, sus labios le dolian por el beso, pero ese dolor estaba lleno de excitación, haciéndola sentirse adormecida y a punto de derretirse bajo el encanto del hombre. -Noa, si estás dispuesta a aceptarme, muérdeme–dijo Rodrigo.
Se apartó de esos labios tentadores, con los ojos enrojecidos y emocionados, su aliento cálido rociando
la nariz de Noa.
El cuarto de baño estaba totalmente lleno de vapor, y aunque solo habían estado besándose, Rodrigo
sentía como si acabara de tener una apasionada y lujuriosa relación con ella.
Si no quieres, no lo haré–Rodrigo comenzó a decir, pero antes de que pudiera terminar, Noa mordió
Bus labios y comenzó a besarlo suave y con torpemente.