Capítulo 70
Capítulo 70
Capítulo 70
En el pasado, Clara comprendía el mundo a fondo, pero no lo sofisticaba. Era asusta, pero también ingenua. Siempre fue mimada por la familia Pérez y despreciaba el uso de trucos.
Pero desde que se convirtió en la nuera de la familia Hernández y se separó de Alejandro, ¿por qué ahora su mente está llena de intriga y trucos?
Recordó cuando el Corazón de la Llama fue subido al escenario, el aspecto de tristeza y desesperanza de Alejandro. En aquel momento creía que había hecho algo mal.
En realidad, ella podía fingir no haber visto aquel collar por completo. No hacía falta que lo hubiera colocado en el escenario de subasta para humillarlo ante el público.
Pero ella estaba renuente.
No era porque se había divorciado de Alejandro y murió el amor que persiguió durante trece años. Ella ya lo aceptó.
Sino porque creía que Alejandro era muy inteligente, ¿por qué no vio claramente que su amor no
era una buena mujer?
Ya me he metido donde no me habían llamado. ¡No haga eso la próxima vez!
A Clara le dolió poco a poco su corazón y sonrió tristemente.
Esta era la última vez. Nunca se meterá en nada entre Alejandro y Beatriz.
De repente, la puerta del cuarto de baño se abrió de una patada. Hizo mucho ruido.
Solo vio que Beatriz tomó su vestido pesado y se le presentó con furia.
¡Irene! ¡Eres una hija de puta!
Ya me has insultado durante tres años, en público y en secreto. ¿Tu vocabulario es tan limitado? –
Clara movió sus cejas y no se enfureció nada.
¡Seguro que lo has hecho tú! ¡Fuiste tú quien había colocado el collar que me había regalado
Alejandro en la subasta! ¿Por qué usaste un truco tan despreciable e infame? Content held by NôvelDrama.Org.
Beatriz se le acercaba más, pero pisó el vestido y casi se cae. Redujo a la mitad su aura de
venganza y se puso muy roja.
Hice caridad honesta y doné algo de acuerdo con la regla. ¿Qué trucos hice? Señorita Beatriz, no puedes calumniarme.
Clara dio un paso atrás temiendo que ella le mordiera.
¡Vaya molestia! Tendría que vacunarse contra la rabia.
¡Irene! No conseguiste el amor de Alejandro así que nos humillaste con este truco despreciable para provocar disensiones entre Alejandro y yo.
¿Crees que así podrás triunfar? ¿Crees que así podrás intervenir entre Alejandro y yo? ¿Así podrás dejar que Alejandro se enamore de ti? ¡Deja de soñar despierta!
Los grandes ojos de Beatriz se volvieron rojos y le odió mucho.
No quiso el collar. Fuiste tú quien lo había vendido a la casa de empeño. Ya no es tuyo. No tienes que preocuparte por quién lo había comprado y qué habían hecho con ese collar.
Si te sientes furiosa y renuente, el motivo es por ti misma. No puedes echarle la culpa a nadie.
Clara desvió su vista indiferente y no quiso hablar más con Beatriz. Se apartó y quiso irse.
Si no hubiera sido por Alejandro, que les hizo conocerse, nunca habría hablado con una mujer tan hipócrita y cursi. 1
¡Detente! ¡Hija de puta! ¡Vuelve!
Beatriz estaba muy furiosa, con los ojos rojos, le agarró la muñeca delgada y le tiró fuertemente.
Clara enseguida se sintió dolorida y frunció sus cejas.
Beatriz había logrado quitar aquella pulsera que le había regalado el abuelo de su muñeca. Su
muñeca blanca se volvió roja y llamativa.
¡Devuélvemela! – Clara de inmediato se enfureció.
Beatriz cogió fuertemente la pulsera. Ya le gustaba mucho la pulsera a primera vista. Pero el
abuelo prefería regalársela a la mujer que más odiaba.
Irene, ya te quedaste violentamente con mis cosas. Eres una cara dura.
Si no puedo poseerlo, entonces tú tampoco.
Beatriz sonrió y chocó la pulsera contra el lavabo de mármol.
¡No!
Un ruido que le dolió mucho a Clara.
La pulsera que le había regalado el abuelo se rompió en tres piezas.
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