Capítulo 37
Capítulo 37
Capítulo37
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No sigas esperando. No podrás conseguirlo.
Clara se negó de manera directa. Su mirada llevaba una ligera sonrisa, pero no reveló demasiado sobre sus pensamientos internos: – No voy a comer contigo.
Rodrigo estaba murmurando: Por qué eres tan indiferente? ¿No puedes simplemente aceptar comer conmigo como agradecimiento por haberle enseñado una lección a Santiago en ACE la última vez,
no está bien?
Clara se burlonamente: Si no me equivoco, fue Alejandro quien me rescató de esa situación, ¿ verdad? Es bastante desleal robarle los méritos a un buen amigo de esa manera.
Señora Isabel, ¿he hecho algo para ofenderla? ¿Por qué no me da una oportunidad? 1
Rodrigo la miró intensamente, con sus ojos estrechos llenos de profundo afecto: ¿Es sólo porque estás con Diego ahora? ¿Si Diego se atreve a decir en público que eres su novia? ¡Yo, Rodrigo, sí me
atrevo hacer eso!
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– Señor, en el amor no hay un orden establecido, pero sí hay principios de cortesía y moral.
Una oración tan simple, clavó a Rodrigo en una posición humillante, y su rostro se puso pálido al
instante.
Es cierto que no provengo de una noble familia, pero tengo dignidad.
Cuando yo era esposa de Alejandro, mi corazón sólo le pertenecía a él sinceramente. Pero ahora mi
novio es Diego Pérez, el presidente de Grupo KS, y en mi sólo está con el Señor Pérez.
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– Puedo soportar comer comida que no es muy buena, pero no puedo tolerar que alguien meta los palillos en mi plato. Señor por favor, respétate a ti mismo y no me molestes más.
Cuando Clara dijo estas palabras, sólo los dioses sabían cuánto dolor había en su corazón.
Incluso Rodrigo pudo notar cómo ella estaba reprimiendo con todas sus fuerzas la ira y el dolor en
lo profundo de sus ojos. Su mirada se volvió sombría por un momento.
Clara respiró profundamente, levantó un poco la barbilla para rearmarse, se dio la vuelta y salió.
De repente, se detuvo abruptamente y sus pupilas se contrajeron.
-¡Ale!– Rodrigo se quedó sorprendido, con los ojos muy abiertos.
Esta fue demasiado rápida. ¿Vino en un portaaviones o algo así?
En este momento, Alejandro se sintió como una espada afilada parada en la entrada del restaurante. Su imponente y erguido cuerpo emanaba un frío penetrante que parecía alcanzar las
El hotel, que ya tenía el aire acondicionado en marcha, se convirtió en una bodega de hielo en este
momento.
Clara enfrentó la mirada penetrante de Alejandro.
No se podía evitar decirlo, sus ojos de melocotón eran realmente atractivos, con un ligero levantamiento en las esquinas, y sus pupilas eran claras en blanco y negro, con un toque sutil de rubor en las puntas. En un momento hizo que la corazón de Clara se emocionara y no pudiera
resistirse.
Pero estos ojos sólo le habían sido indiferentes en los últimos tres años, nunca sonrió y mucho
menos mostró algo de
Ella estaba demasiado obsesionada, con el deseo de conmover un corazón tan duro y frío como una
piedra. Al final, se esforzó hasta el límite, pero sólo logró conmoverse a sí misma.
Alejandro se acercó a ella paso a paso, con sus ojos entrecerrados.
Cuando escuchó que Irene y Rodrigo estaban juntos, no lo pensó dos veces y canceló sus
compromisos de la tarde para conducir sólo y llegar rápidamente.
Justo entonces, escuchó lo que Irene le dijo a Rodrigo, su corazón se sintió como si hubiera sido
vaciado, y una indescriptible sensación de vacío llenó todo su pecho.
Como resultado, un fuego desconocido comenzó a encenderse. No era una persona que perdiera el
control fácilmente, pero frente a Irene, siempre le resultaba difícil controlar sus emociones.
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-¿Por qué estás aquí?– Alejandro miró la cara de Irene.
Para trabajar.- apartó la cara, apreciando las palabras como el oro.
-¿No tienes memoria? Dije que antes de que termine el proceso de divorcio, tú y yo seguimos
siendo el marido y la mujer nominales, y tú sigues siendo de la familia Hernández.
Sabes que la familia Hernández y la familia Pérez son rivales, y todavía trabajas en el hotel Belongs to NôvelDrama.Org - All rights reserved.
propiedad de los Pérez, ¿qué piensas? ¿Quieres enojarme, disgustarme y humillarme?– Alejandro
respiró profundamente, las venas de su frente se destacaron
En esta situación, Rodrigo entró en pánico de inmediato,
en voz baja,
y
Punto de persuadirlos, la mujer habló
-Oh, así que eso es lo que piensas.
Clara volvió lentamente su mirada indiferente hacia el hermoso rostro de Alejandro: Si ese es el
caso, no hay mejor momento que el presente día. Hoy vamos a
hacar el certificado de divorcio.
Para que evite que estés cerca de mi todos los días como un espíritu vengativo, con una expresión
-¡Irene Isabel! – Alejandro de repente frunció el ceño.
-¿No trajiste tu libro de registro? Deja que César te lo dé. Pero lo llevo conmigo, pensando que tal
vez sea útil hoy.
Con una sonrisa burlona en los ojos, Clara pasó junto a Alejandro sin rastro de nostalgia.
Los ojos del hombre se pusieron rojos al instante.
Él agarró su delgado brazo con violencia, con una fuerza aterradora, como si temiera que se escapara y nunca más la atrapara! 1
Sin embargo, en el siguiente segundo, se oyó un crujido-
-¡Ah! 1
Clara de repente sintió un dolor intenso y su frente se cubrió de sudor fino.
Alejandro se sobresaltó de repente. Todo su cuerpo se congeló y su corazón latió salvajemente. Él, de hecho, dislocó el brazo de Clara con fuerza!