Despidiéndose de mi amor

Capítulo 35



Capítulo 0035

Eduardo vio a Silvia con un delgado camisón, completamente

empapada, acurrucada en un rincón, con grandes arañazos rojos en sus manos y piernas.

Apagó rápidamente el agua, tomó una bata y la cubrió, ocultando su figura entre la tela. -¿Estás bien?

Su voz no era muy alta, pero sonaba débil en los oídos de Silvia.

Ella tardó un momento en reaccionar, levantó la cabeza para mirarlo,

con los labios pálidos: -Estoy bien.

-Te llevo al hospital.

Eduardo se inclinó para abrazarla, pero ella se apartó al instante.

Silvia mordió fuertemente su labio: No puedo ir. Todos los

hospitales en Brasmo dependen de la familia Nápoles. David ya sabe que he vuelto, ¡si descubre que he tomado medicamentos,

definitivamente se lo dirá a Julio! Si Julio descubre que hay

medicamentos en la bebida, será muy difícil para mí acercarme a él

en el futuro...

Ella aguantó con fuerza el aliento y terminó difícilmente de hablar.

Hacía más de cuatro años, fingió su muerte. ¡Si no fuera por los métodos de Luis, nunca podría haber escapado de David!

Ahora que Luis no estaba, si iba al hospital, la gente allí

definitivamente informaría a David lo antes posible. Por eso, Silvia decidió resolverlo por si misma en ese momento.

Antes de entrar, Eduardo vio las botellas de licor caídas en la sala de

estar y ya entendió la mayor parte.

Él frunció levemente el ceño: -Pero tu cuerpo...

-Ve a buscar algunos cubitos de hielo para mí.

-De acuerdo.

Eduardo se dio la vuelta y fue directo a la nevera de la cocina para coger hielo.

Una bolsa de hielo fue arrojada al baño, el frío penetrante alivió bastante el cuerpo de Silvia. Eduardo con rapidez también trajo el botiquín.

-Gracias agradeció Silvia sinceramente.

Eduardo no dijo nada más, se dirigió hacia la puerta y esperó en completo silencio. También se aseguró de informar a Luis de la

situación.

Anteriormente, Silvia no respondió a la llamada de Oscar, lo que lo preocupó grandemente, quien luego llamó a Luis para informarle. Como Luis tampoco pudo comunicarse con Silvia por teléfono, envió a Eduardo para averiguar qué estaba pasando.

Una hora más tarde.

Finalmente, el efecto de la medicina se desvaneció.

Silvia se aplicó la medicina, se cambió de ropa y salió del baño. Eduardo todavía estaba muy juicioso esperandola afuera.

-Gracias por tu ayuda esta noche. Ve a descansar -dijo ella sin energía.

-De acuerdo.

Eduardo le echó un leve vistazo y luego salió. Una vez que se fue, Silvia vio que era bastante tarde, así que envió un mensaje de voz a

Nuria y los demás para informarles que estaba bien.

Mientras tanto, en otro lugar, Julio

regresó a la villa Oasis, pero no pudo dormir. Estaba de pie en el balcón e fumando sin cesar, cont imágenes de Silvia pasando por su mente, su figura elegante flotando ante sus ojos. La garganta de Julio se secó

inexplicablemente.

Sin darse cuenta alguna, el cigarrillo se quemó hasta sus dedos antes de que se diera cuenta Paso Love!All content © N/.ôvel/Dr/ama.Org.

noche, toda la

y a la mañana

siguiente, Julio llegó muy temprano a

la oficina. Adrian le informaba del

trabajo como de costumbre. Read

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Julio lo escuchaba muy distraído mientras Adrian le informaba, y de repente le preguntó: -¿Ha venido Silvia?

Adrian se sorprendió por un momento antes de negar con la cabeza.

-Escuché que parece que está enferma, así que no vino.

¿Estaba enferma?

-Mantén un ojo puesto en ella. Recuerda, no dejes que se escape de ninguna manera ordenó Julio.

-Entendido.

Cuando Adrian estaba a punto de

de frente

irse, se encontró de frente a Natalia, elegantemente vestida con ropa de marca a la medida.

-Asistente panadero, ¿a quién no debes dejar escapar?


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