!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 300



Capitulo 300

Rápidamente regrese a la cama, me cubri con una colcha y fingi dormir.

No pasó mucho tiempo antes de oir que la puerta de mi habitación se abria.

El que se acercó a mi cama no era Renán, sino Quique.

Inconscientemente, apreté las manos.

Me esforce por parecer natural, para no ser descubierta.

Quique se quedó parado junto a la cama por un momento, como si me observara.

Después de un rato, solto una risita. “Solo un loco creeria en la reencarnación…”

“Dr. Quique, tú tampoco crees, ¿verdad?” Desde afuera, Yuria también entro. “Pero Renán está dispuesto a creerle a ella, a pesar de que es una estafadora. No importa qué tan bien se disfrace, sigue siendo una estafadora. No puede ser Nayra, Nayra está muerta, después de todo el esfuerzo que hice…”

Yuria se detuvo abruptamente.

“Renan ama a Nayra, asi que prefiere inventarse a alguien. Esa persona podria ser Ainara, o incluso tu.” Quique hablo con indiferencia.

Suspire aliviado, un tipo inteligente como Quique no creia en absoluto que yo fuera Nayra.

“Yo también habla pensado… pero entonces aparecio Ainara de la nada.” Yuria dijo entre dientes.

Parecia que ella también habia querido hacerse pasar por Nayra.

“No hay prisa, con una falsa como comparación, tu pareceras mas autentica. Quique sonrio suavemente. “Si haces lo que te digo sin rechistar, no solo… Renan creerà que en tu cuerpo está la verdadera Nayra, sino tambien Osvaldo… creera que tu eres Nayra.”

Yuria parecia emocionada. “Dr. Quique, ¿qué tienes en mente…?”

“Lo que Ainara pueda imitar, tu tambien puedes hacerlo, y además, conoces a Nayra mejor que ella, Los recuerdos perdidos de Nayra cuando era niña, tú sabes más que la propia Nayra.” Quique continuo con calma. “Renan ya está cegado por la culpa. ¿le has estado dando la medicina que te di?”

“Si, se la acaba de tomar y ya se durmió. Desde que Nayra murió, él está como loco, no se da cuenta de nada…” Yuria hablaba en voz baja.

“Esa medicina causa alucinaciones en Renan, es fácil engañarlo. En cuanto a Osvaldo… ese loco. después de mi tratamiento y sugestión psicológica… cuando salga del hospital, estará convencido de que tu eres Nayra.”

Mi corazón se apreto de repente y apreté mis manos con fuerza.

¡Quique!

¿Qué le iba a hacer a Kent…?

“Si Ainara descubre nuestro plan…” Yuria preguntó en voz baja.

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Capitulo 300

“¿Y qué si lo hace? Ella también está fingiendo… que gane el mejor.” La mano de Quique rozó suavemente mi mejilla, envlando un escalofrío por todo mi cuerpo.

“Dr. Quique, tienes razón… que gane el mejor.” Yuria soltó una risa fría, se acercó a mí y apretó mi barbilla. “Ainara, vamos a ver cuánto tiempo más puedes actuar con arrogancia. Cuando Osvaldo y Renán me vean como Nayra, seré yo la que estén adorando… Y tú, te aseguraré que sepas lo que se siente ser pisoteada.”

“Bien, no olvides lo que te he encomendado.” Quique habló con voz grave.

Yuria soltó mi barbilla apresuradamente y se acercó a él. “La policía también me está vigilando… no es fácil para mi actuar o hacer contactos…” This content is © NôvelDrama.Org.

“Encuentra una solución pronto, no pueden esperar más.” Quique dijo con calma.

Yuria y Quique se fueron.

Se lo que planean hacer y por la conversación entre Yuria y Quique puedo deducir que llevan mucho tiempo cooperando.

¿A qué se refería Quique con que “no pueden esperar más“?

Independientemente de lo que Yuria y Quique estuvieran planeando, tenía que rescatar a Kent lo antes

posible.

Si Quique realmente tenia la habilidad de hacer que Kent… no me reconociera.

¿Qué iba a hacer?

Escuchando como el coche de Quique se alejaba, sali sigilosamente de la habitación y me infiltré en la de Renán.

Estaba durmiendo profundamente, el tonto.

Engañado y traicionado por Yuria sin darse cuenta.

“¿Renán?” Le di unas palmaditas en la cara.

Pero debía ser que la dosis de la medicina era fuerte, porque Renán no despertaba.

“Nayri…” murmuro inconscientemente.

Renán estaba llamándome a gritos.

Yo queria largarme de ahí, pero de repente Renán me agarró la muñeca con fuerza.

“Nayra… lo siento.”

Su voz sonaba ahogada, como si estuviera atrapado en una pesadilla.

Intenté sacudirme para soltarme, pero me arrastró hacia la cama. “Nayra… ¿volverías conmigo? Me equivoque…

“¡Clic!” Justo cuando queria liberarme, la puerta… se abrió de repente.


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