Capítulo 283
Capítulo 283
“¡Qué te pasa, imbécil!” vi cómo ese tonto quiso ponerle una mano encima a Helda, cuando de repente Lucas se adelantó y le torció la muñeca, como si estuviera manejando un polluelo, y se la llevó detrás de su espalda.
“Hablemos con respeto,” dijo Lucas con una voz que impuso silencio.
Miré fijamente al tonto. “¿Así que dices que las fotos en tu celular son mías? ¿Qué pretendes?”
“Zorra, si te divorcias y te vienes conmigo, te dejo en paz,” seguía ladrando el tipo.
“Ah,” asenti. “Esa foto no es mía, ¿cómo puedes probar que lo es? Tengo un lunar en el hombro izquierdo, y no lo veo por aqui.”
El imbécil se quedó paralizado por un segundo, ampliando la foto en su pantalla. “¿Quién sabe si tú…?”
“Oficial Lucas, por favor llame a la policia,” pedi. “Con tantos medios de comunicación mirando y tantos trabajadores de los medios de comunicación haciendo la transmisión en vivo, la difamación de este hombre ya es un delito, ¿no es así? Ayúdame con la denuncia y, si no es molestia, que Helda también maneje esto.”
El tonto aún quería hablar, pero Helda ya le había tapado la boca con algo.
Lucas tardó un momento en darse cuenta de que Helda había usado su billetera para callar al bobo.
Con Lucas llevándose al tipo, los medios seguian la escena sin perder detalle.
“Perdónenme por el espectáculo,” dije limpiándome una lágrima y haciendo una reverencia a la prensa. “Últimamente hay gente que se empeña en difamarme, y no entiendo por qué…”
Desde la multitud, alguien dio la respuesta por mi. “Eres muy ingenua, el hijo que llevas y tu marido son los únicos herederos de toda la fortuna y las acciones del Grupo Linares, ¿cómo no iban a intentar mancharte para quedarse con la herencia?”
Senti como si me despertaran de un sueño con esa frase. Conmocionada, miré al hablante. “¿En serio… es asi?”
Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. “Mi esposo… tiene algunas dificultades mentales. es muy inocente y fácil de engañar. Antes, cuando ayudaba a los animales callejeros, lo acusaron de maltrato animal. Tengo miedo… de que alguien use su condición para hacer trampas y así… lo que pertenece a la familia Linares termine en manos ajenas.”
Mi llanto conmovió a muchos.
“Yo he visto al joven de la familia Linares, aunque es un poco lento, es de buen corazón y cuida a los perros callejeros. No puede ser malo.”
“Asi es, esto es parte de un juego sucio por la herencia, aprovechándose de un inocente y una mujer embarazada.”
Desde cuándo los débiles tienen esa ventaja innata de ganarse la simpatía de los demás?
¿Cuándo fue que aprendi eso? Parece que lo aprendi de Yuria.
Tengo que decir que Yuria es mi maestra…
Ella me miraba furiosa, sabiendo que estaba coplando sus mañas,
Le devolvi la mirada a Braulio y Renán, con una sonrisa en los labios.
Si Hraullo aún plensa usar la enfermedad mental de Osvaldo para su beneficio… aunque envien a Osvaldo a un manicomio, la opinión pública no estará de su lado.
Braulio claramente estaba pálido de la rabia, pero Quique, siempre sonrela con un aire de saber algo. que nadie más sabia, Text © by N0ve/lDrama.Org.
“Somos de la policia y hemos recibido una denuncia de agresión. Necesitamos llevar a cabo unal Investigación. Vengan con nosotros, por favor.”
Como era de esperarse, no pasó mucho tiempo antes de que la policía llegara, y venían por Kent.
Dacto, bajo las órdenes de Braulio, había hecho la denuncia.
“Fue Dacio quien provocó deliberadamente…” instintivamente quise proteger a Kent.
Pero Kent me abrazo por detrás y me susurró. “Nayri… tengo que ir.”
La voz de Kent era grave, pero su mirada estaba fija en Quique.
Podia sentir su frialdad.
Kent parecía saber que Braulio jugaria sucio.
Lo sabia todo, y aun asi reaccionó, cayendo en la trampa, todo para… ¿enfrentarse a Quique?
Kent sabia que una vez en el manicomio, seria Quique quien vendría a… ‘entrenarlo‘ y ‘curarlo‘.
“No tienes que ir…” le dije en voz baja, sabiendo que Quique era peligroso.