Capítulo 65
Capítulo 65
El corazon de Evrie sintio un piquete al agarrar la caja con fuerza. El pesado lastre era como su estado de animo en ese momento. —Hay algo mas que necesites?— pregunto.
Farel estaba parado fuera de la puerta, ya vestido. Una camisa blanca impecable con el boton superior abrochado, pantalones negros que caian con elegancia y pufios bien doblados. Se veia sobrio y pulcro, emanando una sutil austeridad.
Con ropa, parecia un ser humano, en vez de una bestia salvaje. Evrie nego con la cabeza. Aparte del dinero, no tenia ninguna otra peticion.
—Esta bien.— Los ojos calmados y oscuros de Farel se estrecharon ligeramente —Entonces, vuelve a las nueve en punto esta noche.—
El corazén de Evrie se detuvo por un momento, entendiendo perfectamente sus palabras.
La noche, a las nueve... era cuando sus deseos ardian con mas fuerza, y lo que ella tenia que hacer era someterse bajo él, dejandolo manejar su cuerpo a su antojo, una y otra vez.
Ahora, no tenia derecho a rechazar a Farel. Con dificultad, Evrie asintié con la cabeza —Esta bien.— Farel no dijo nada mas, echo un vistazo al reloj y se fue a trabajar.
Evrie cerré la puerta y espero un rato, luego abrio la caja: filas y filas de billetes estaban perfectamente alineados. Contd rapidamente, ni mas ni menos, exactamente quinientos mil.
Nunca en su vida habia visto tanto dinero. Y pensar que la primera vez que veia tanto dinero era por venderse ella misma.
Evrie esbozo una sonrisa amarga, cerré la caja y salié por la puerta.copy right hot novel pub
Treinta minutos mas tarde. Con la caja pesada llena de dinero, Evrie entré en la habitacion del hospital donde estaba Marcela.
El lugar estaba tranquilo, sin nadie mas, y la cama de al lado vacia. Solo Marcela yacia en la suya, ocupada con su celular, mientras Oscar dormitaba a su lado.
Al ver a Evrie, la cara feliz de Marcela cayo de golpe.
— Déonde estuviste toda la noche? Ni mensajes ni llamadas contestas, 40 es porque tu vieja no se ha muerto que no te importa? Si no fuera por tu hermano que estuvo aqui anoche, jhabria muerto de hambre!—
Evrie, con una expresion fria, se acerco a la cama y puso la caja encima. Sin decir una palabra, sus dedos accionaron el cierre. —jClac!—
La caja se abrid de golpe, dejando a la vista una hilera de billetes brillantes, impresionantemente llamativos, que dejaron a Marcela con los ojos desorbitados.
Su rostro se llend de asombro y miré a Evrie —;De donde sacaste tanto dinero?—
Evrie sonrié con frialdad —zEs eso importante para ti?—
Arrojé los billetes frente a Marcela y hablo con indiferencia.
—Adqui tienes tus quinientos mil, ni mas ni menos, justo lo necesario. , Estas satisfecha ahora? Puedes dejarme en paz?— Marcela no podia creer que realmente habia conseguido los quinientos mil. Sus ojos brillaban, casi le faltaba boca para sonreir. No pensaba que esa muchacha tuviera tal habilidad.
Siempre supo que no era tan sencilla, fingiendo ser pobre mientras tenia dinero. jPura farsa!
Con codicia en la mirada, Marcela extendié la mano para tomar el dinero, jtodo seria suyo!
Pero Evrie fue mas rapida y presion6 los billetes.
—Si quieres el dinero, debes cambiarlo por mi certificado de nacimiento.—
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~Esta muchacha queria su certificado de nacimiento?
Con renuencia, Marcela fruncié el cefio.
—¢Para qué quieres el certificado? Te lo guardo y ya esta, no te arreglaré mas matrimonio y punto.—
Evrie presiono el montén de dinero con rostro inexpresivo —Sin el certificado, me llevo el dinero, no te daré ni un centavo.
El rostro de Marcela cambié de inmediato. —<¢Qué, quieres morir? ~Usas este monton de dinero para amenazar a tu madre?—
—Decide tu misma. Si quieres el dinero, dame el certificado. De lo contrario, no esperes recibir un centavo.—Evrie endurecié su corazon, sin darle margen de maniobra.
Penso por un momento y luego miré a Marcela con sarcasmo —Mama, no pienses en ganar tiempo, sé que siempre llevas contigo lo Unico que puede controlarme.—
—Asi que aqui estoy, para hacer un trato contigo abiertamente.— Marcela torcié la boca, dandose cuenta de que Evrie habia adivinado correctamente.
El acta de nacimiento, esa cosa tan importante, por supuesto no la iba a dejar en casa para que Evrie la encontrara; siempre la llevaba consigo, y cuando entré a la UCI para ser reanimada, se la pasé a Oscar en secreto, sin dejar que Evrie pusiera sus manos en ella.
Esa muchacha astuta, desde pequefia siempre fue lista, creciendo sin que nada se le escapara de la vista.
Miré los billetes esparcidos por toda la cama, sintiendo una picaz6n en las manos de querer tomarlos, pero al recordar que tenia que entregar el acta de nacimiento a esa muchacha, solt6 unos bufidos despectivos.
—Quieres el acta de nacimiento, pero con quinientos mil no basta, eso es solo para la boda de tu hermano, también estan la casa y el carro que cuestan dinero, y si algun dia tienes un hijo, la otra familia agregara cien mil mas. Todo se iria por la borda si no te casas, gqué crees que debo hacer?— dijo con sarcasmo.
—Si no lo tomas ahora, ni siquiera tendras esos quinientos mil— replicé Evrie, sin dejarse intimidar y respondiendo con frialdad — Tu veras lo que haces.
—
Evrie levant6é la mano y desabotoné dos botones de su blusa, tirando de su cuello para exponerlo; las marcas rojas y moradas en su delicada piel se hicieron visibles, densas y chocantes.
Marcas que gritaban insinuaciones. Marcela abrio los ojos de par en par— TU...—
—Ya no soy virgen.— Dijo Evrie con una calma que cortaba, interrumpiendo cualquier otra palabra que Marcela pudiera decir.