Capítulo 511
Mientras ella desaparecía en la distancia, Farel se giró hacia Joan y le ordenó: —Encuentra a dos personas para que la sigan en secreto. No se deben exponer ni permitir que le pase nada. —
Joan asintió vigorosamente: —Entendido, Sr. Haro.—
—Además, se está quedando sin sus medicinas. Haz que alguien le lleve más en nombre de la Sra. Pardo. —
—... Entendido. —
Al salir del restaurante, Joan hizo las llamadas necesarias y, sentado en su automóvil, le echó un vistazo tras otro a Farel a través del espejo retrovisor.
No pudo resistirse y le preguntó: —Sr. Haro, ise siente mejor después de que la Srta. Evrie dijo que ya no le guarda rencor?—
Desde la noche anterior, Farel había estado de mal humor y Joan lo había sentido a su lado. Esa manana, las ojeras de Farel eran profundas y marcadas. Probablemente había pasado toda la noche sin dormir.
Farel lo miró fríamente y le replicó: —iDesde cuándo te has vuelto tan chismoso? —
Joan sonrió incómodo: —Disculpe senor, ya no le pregunto más, me callaré. —
El Range Rover arrancó y se deslizó lentamente fuera del aparcamiento.
Farel miró por la ventana. No muy lejos estaba la oficina del proyecto médico, cerca de la sede y separada solo por una avenida principal desde donde podía ver el interior.
Cerró los ojos, con la mente llena de las palabras recientes de Evrie.
No le guardaba rencor.
Lo dijo tan serenamente, tan tranquilamente.
iLo había olvidado completamente, hasta el punto de no tener ni siquiera resentimiento por él?
Al pensar en esto, el Corazón de Farel se sentía aún más pesado.
—Devuelve a esos dos hombres de Marín, deja que sepa lo que significa responder golpe por golpe. —
En este punto, ya no había necesidad de esconderse.
Desde el momento en que Marín intentó sondear a Evrie, la lucha había comenzado.
Evrie regresó a la oficina del proyecto para encontrarse con Rosana.
Esa tarde, había ido con Marín a un evento y había dejado a Rosana sola, pidiéndole al encargado del proyecto que la llevara al comedor.
Cuando Evrie volvió, Rosana ya había terminado todo su trabajo.
A pesar de ser una recién graduada, Rosana era vivaz y astuta, con una alta eficiencia en su trabajo, y a Evrie le gustaba mucho.
Su único defecto era ser algo obsesionada con el amor.
Siempre hablando de su novio, lo que a menudo provocaba que Valerio se frustrara con ella.
Después de terminar su trabajo, Evrie se despidió del encargado y se preparó para regresar a la empresa con Rosana.
Antes de que pudieran salir, Berto apareció con un imponente Golden Retriever, llamando la atención de todos.
Evrie lo saludó: — Berto, ihas venido a inspeccionar la zona? —
Berto asintió y miró a su alrededor: —iY Blanca? iNo vino contigo? —
Estaba buscando a Blanca.
Evrie agitó los documentos en su mano y le dijo sinceramente: —Ella estaba muy ocupada y me dejó a cargo del proyecto. Vine hoy para revisar cómo van las cosas. —
Al escuchar que Blanca no había venido, la expresión de Berto se ensombreció notablemente.
Se rio con sarcasmo: — iSe fue a construir rascacielos con Ion, verdad? —
Evrie no podia mentirle, asi que le dijo la verdad: —El edificio de Ion es de hecho más famoso que el de tu grupo...—
Por lo que la elección de Blanca era comprensible.
Si fuera ella, probablemente también organizaria todo aquí y luego se centraría en el proyecto de Ion.
Berto se atragantó al captar el subtexto de sus palabras y se quedó sin palabras.
Evrie raramente lo veía tan abatido, era tan diferente del seductor y elegante caballero de anos atrás.
Parecía que había perdido toda la actitud de donjuán que Blanca describía, y más bien parecía un hombre agobiado.
Los cambios en su relación con Blanca parecían significativos durante esos anos.
Evrie, queriendo ser considerada, se dispuso a irse: —Berto, continúa con tu ỉnspección. Yo tengo que volver a la empresa. —
—Espera. —Berto la detuvo y le preguntó—: iPuedo usar tu teléfono para llamar a Blanca? Me ha bloqueado.
—
Evrie...—
Allí estaba, y no podía negarse.
Sacó su teléfono, desbloqueó la pantalla y se lo pasó a Berto.
Con destreza, Berto marcó una larga secuencia de números y comenzó la llamada.
—Sigue bloqueándome si quieres, mi pobre Auwuu está enfermo. Tampoco te preocupes por él. —
—Está cojeando y se niega a tomarse la medicina. Si no vienes, en unos días lo llevaré a que le amputen la pata. —
—Te espero en la empresa, no te voy a esperar si llegas tarde. —
Berto habló brevemente y luego colgó el telefono, pasándole el móvi a Evrie, su semblante volvió a ser el de siempre, tranquilo y educado.
—Gracias, te invitaré a cenar otro día.—
Dicho esto, continuó jugando en la obra con su perro, que brincaba alegremente, sin parecer en lo más mínimo que cojeaba.
Evrie se quedó atrás, boquiabierta.
—iSe llama Auwuu?— No pudo evitar preguntarle.
—Sí, iverdad que suena imponente? — Berto acarició la cabeza del perro, luciendo bastante complacido.
Evrie sonrió con incomodidad, sin saber qué decirle.
Recordó al majestuoso tigre de Valerio.
El tigre de Valerio se llamaba Dulzura.
iY su perro se llamaba Auwuu?
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Evrie y Rosana salieron de la oficina del proyecto y un Cullinan estaba justo detenido frente a ellas.
La puerta se abrió y Jacinto bajó del vehículo, saludándolas.
—Senorita Evrie, ile gustaria que la lleve? —